Ante la saturación de mensajes que el usuario recibe cada día, las empresas buscan nuevas formas de contactar con su cliente de una forma efectiva para causar impacto. Por eso en la actualidad se usan cada vez más técnicas de marketing emocional: para llegar a la audiencia y no pasar desapercibido. Porque si no emocionas, simplemente, no existes.

¿Qué es el marketing emocional?

Son todas esas estrategias de comunicación que están destinadas a establecer una relación afectiva entre la marca y el consumidor. El objetivo es que los usuarios sientan la marca como algo propio, enamorarlos a través de diferentes acciones. No hay que olvidar que, según varios estudios, más del 95% de las ventas se realizan desde el estómago y el corazón.

De esta forma no solo lograremos diferenciarnos de la competencia, sino que también provocaremos que la audiencia recuerde durante más tiempo nuestro mensaje asociado a una emoción. Además, los contenidos que ofrecemos tendrán más posibilidades de viralizarse, gracias al uso de las redes sociales y del teléfono móvil y su omnipresencia en el día a día de las personas.

¿Cuáles son los pilares del marketing emocional?

A la hora de poner en marcha una estrategia de marketing emocional, debemos tener en cuenta los siguientes elementos:

 

  1. EL TONO DEL MENSAJE: No solo es importante lo que transmitimos, sino cómo lo hacemos. ¿Qué tipo de energía lleva nuestro contenido? Para elegir el tono adecuado deberemos entender primero cuál es el que mejor encaja con nuestra marca y cuál es el que conectará mejor con nuestra audiencia. ¿Es mejor un tono neutro? ¿Algo inocente? ¿Gracioso? Deberemos estudiar cuál es nuestra intención a la hora de conectarnos con nuestro cliente.
  2. LO VISUAL. Ya es algo conocido: no hay que insistir demasiado en que la parte visual (fotografías y vídeos) juega hoy en día un papel clave en la transmisión de nuestro mensaje. Es fundamental. A veces se pone énfasis en el texto pero se descuida el aspecto de la web, de las redes sociales o de las fotografías que representan a nuestra empresa. Una imagen, su calidad, su color, su contenido, es esencial para transmitir los valores de nuestra marca.
  3. BRANDING: El branding esel proceso por el que se define la identidad corporativa de una empresa. Hay diferentes elementos visuales que lo sostienen, como por ejemplo un logotipo, una tipología, la cartelería específica, etcétera.

En el marketing emocional, el branding no puede permanecer al margen de la estrategia, sino que debe acompañar la visión global. ¿Qué queremos comunicar con los elementos visuales que nos definen?

  1. EL PODER DE LAS HISTORIAS. Cada vez cobran más fuerza las campañas publicitarias que articulan su mensaje a partir de una historia. Conocido también como “storytelling”, es un recurso que permite llegar más fácilmente al usuario a través de la emoción y perdurar más tiempo en su memoria. ¿Eres capaz de olvidar el anuncio de los turrones en que el hijo siempre vuelve a casa por navidad?

Por último, atención con un fallo común: el centro de la historia debe ser el cliente y sus anhelos, y no la marca.

Una de los muros más difíciles de saltar es el que se levanta entre la empresa y cliente. Para poder conectar con la audiencia, la emoción es sin duda un recurso clave: si el mensaje a través de los sentimientos es posible.

Qué son las marcas lovemarks

Ventajas del marketing emocional

– Prescripción o recomendación: las campañas de marketing emocional tienen mas impacto en nuestros clientes fidelizados por tanto ayuda a la recomendación al tocar el lado más humano.

Suelen ser campañas con mayor nivel de viralización y comentarios.

– Mejorar la imagen de marca: al trabajar los valores y atributos humanizando la marca, construimos una marca más cercana, más personal. Esto facilita que la percepción de la marca mejore.

– Reforzar el vínculo con el cliente: al tocar las emociones, si la campaña conecta y llega refuerza el vínculo con el cliente. Es decir, el cliente sentirá lo mismo que la marca.

Por tanto el grado de identificación será mucho mayor.

– Aumenta el recuerdo del mensaje. Este tipo de campañas, tanto si somos clientes como sino tiene un mayor grado de recuerdo por el tipo de mensaje. Mientras más sensible o mayor grado de conexión establezca mayo recuerdo.

Vinculo afectivo marca – consumidor

Debemos pensar que sin el vínculo afectivo marca-consumidor, el marketing emocional sería inexistente. Carecería de todo sentido. Esa relación o vínculo emocional que les haga vivir experiencias por ambas partes. Es decir, no solo el consumidor o cliente vive experiencias, también las marcas lo hacen a través de estos que, afortunadamente para las marcas inteligentes, sabrán sacarle provecho de ese feedback que el consumidor es capaz de dar.

Gracias a la comunicación bidireccional, marcas y consumidores se encuentran en el mismo nivel de comunicación, pero no nos olvidemos que es importante entender, para las marcas, que los consumidores quieren ser parte de ellas, quieren ser escuchados, tener voz para opinar sobre sus productos y servicios.

Por una parte, la marca genera un producto que cubre las necesidades de sus consumidores, y por otra, el consumidor y/o cliente está satisfecho, no solo por el producto porque cubre sus necesidades, sino por las emociones y sensaciones que este le produce. Eso es más experiencia de usuario.

Experiencias, sensaciones y emociones

Esto es lo que nuestro público espera de nosotros como marca. Estamos en la era de la infoxicación, donde recibimos entre 5.000 y 10.000 (o más) impactos diarios dentro del marketing. Nuestro cerebro se queda entre el 0,2 y el 10% de todo aquello que recibe.

Con lo cual, ante una saturación tan excesiva, debemos marcar la diferencia con contenidos de valor para nuestros seguidores, usuarios, consumidores y clientes. Lo que pretendemos las personas es que nuestras lovemarks nos hagan vivir experiencias con sus productos, con sus servicios, con su publicidad e incluso con el packaging de alguno de sus productos. A través de las experiencias vivimos sensaciones y sentimos emociones. Y eso nos lleva a tomar decisiones.

Las campañas de marketing emocional no son tan sencillas como la gente cree. Siempre hay una estrategia detrás. Siempre. Nadie saca un producto dando palos de ciego sin haber planteado una estrategia en todo lo amplio que esta conlleva. Sin esta, la campaña fracasa.

Hablamos de humanizar las marcas, pero las marcas se humanizan a partir del momento en que el factor humano que la constituye está humanizado, siente la marca como propia y cree fielmente en ese producto que va a sacar a la luz. Además, es vital creer en la filosofía de la marca para poder transmitir y comunicar a sus consumidores la esencia real de la misma.

Los consumidores no quieren marcas inaccesibles. Los consumidores quieren marcas accesibles a las que poder llegar y estar al mismo nivel para poder formar parte de ellas. Siempre digo que si no hay dos emociones iguales, no hay dos reacciones iguales ante un producto.

Lovemark

Coca-Cola, Apple, Milka, Red Bull, Samsung, Adidas, Starsbucks y un sinfín de marcas del mercado son las lovemarks de alguien. Millones de personas traducidas en consumidores que, seamos honestos, llegan (llegamos) a perder la razón ante estas.

Una lovemark debe enamorar, enganchar y quedarse en la vida de una persona. Pero ¡¡ojo!! Siempre digo que lo que siente el consumidor hacia su lovemark es amor incondicional, hasta que llega otra marca que le enamora más. Así de simple. No nos olvidemos que la competencia la tenemos a un clic. Y como dice mi madre, cuesta más conservar que enamorar. Sabias palabras que podemos aplicar a nuestras marcas. 😉

Lo importante en este punto es que las marcas creen historias reales con las que nos sintamos identificados.

Veamos un par de ejemplos de campañas potentes de marketing emocional que no dejaron a nadie indiferente:

Despertar. Anuncio Navidad Campofrío 2015

«Créeme que hay demasiadas cosas cada día por las que merece la pena abrir los ojos, levantarse y salir a vivir», dice el personaje.

Un hombre que despierta del coma y al que su esposa le va mostrando lo que ha ocurrido mientras él estaba ausente. Ambos protagonizan el anuncio de Navidad de Campofrío de 2015.

El anuncio tiene un punto más sentimental que los anteriores de la marca, aunque el mensaje vuelve a ser positivo y en solo tres minutos consigue hacer reír e incluso llorar. Todo mientras suena de fondo el tema musical “Volver”. Espíritu muy optimista y positivo.

EDEKA Weihnachtsclip #heimkommen

La Navidad es época paz, amor, felicidad y, evidentemente, época de publicidad. Cuando se acerca este momento del año, los anunciantes el baúl de los sentimientos en sus anuncios con el objetivo de tocar la fibra sensible a los consumidores. Y, en consecuencia, promover la compra de ese producto y/o servicio, claro.

La cadena alemana de supermercados Edeka es, para mí, un excelente ejemplo de marca que lo hace genial, aunque no sin que le salga algún detractor que otro por la dureza escondida que hay detrás. Si no, mirad el siguiente spot del 2015 y ya me contaréis.

Marketing de contenidos

El marketing emocional no sería nada sin el marketing de contenidos. Básicamente porque es el paraguas donde se cobija, junto con el storytelling, el branded content, etc.

El marketing de contenidos nos ayuda a entender qué quieren nuestros usuarios, sus necesidades, nuestro público objetivo y nuestro target. Gracias al marketing de contenidos descubrimos cómo debemos mostrárselo a nuestro público. Los formatos, las plataformas, en qué medida, etc., para que nuestro contenido les resulte interesante y, sobre todo, útil y de valor.

Llegados a este punto, entendemos el marketing emocional como algo imprescindible dentro de nuestra estrategia de marketing para poder llegar al consumidor de forma afectiva y no agresiva. En próximos artículos veremos con más detalle cómo utilizar esta disciplina y las claves para que nuestros contenidos obtengan un resultado optimo.